¿Qué es la corrosión galvánica? Efectos y prevención de este fenómeno

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La corrosión galvánica es un proceso de degradación de metales que ocurre al entrar en contacto dos metales diferentes, conectados por un fluido conductor como el agua salada. Esta corrosión puede ser prevenida mediante la selección de metales compatibles, la optimización de las superficies de contacto y la protección contra condiciones ambientales adversas. Además, es importante limpiar adecuadamente los metales antes de unirlos y utilizar recubrimientos adecuados. 

Fundamentos de la corrosión galvánica

La corrosión galvánica es un proceso de degradación de metales que ocurre cuando dos metales diferentes entran en contacto eléctrico y están puenteados por un fluido conductor, como el agua salada. Esta interacción entre metales diferentes es uno de los fundamentos de la corrosión galvánica.

Interacción entre metales diferentes

En la corrosión galvánica, la interacción entre dos metales diferentes es esencial. Cuando estos metales están en contacto eléctrico y están expuestos a un electrolito conductor, como el agua salada, se establece una reacción electroquímica que provoca la transferencia de electrones de un metal al otro. Esto resulta en la degradación de uno de los metales y la protección del otro

Influencia del electrolito presente

La presencia de un electrolito conductor, como el agua salada, es fundamental para el proceso de corrosión galvánica. El electrolito permite la transferencia de electrones entre los metales, acelerando la corrosión y amplificando sus efectos.

Diferencia en el potencial de reducción entre los metales

La diferencia en el potencial de reducción de los metales involucrados en la corrosión galvánica juega un papel clave en el proceso. Cuando dos metales con una gran diferencia de potencial se ponen en contacto, se genera una mayor actividad electroquímica y la corrosión se acelera. Por eso, es importante conocer que existe corrosión del aluminio, corrosión por picadura, entre otros tipos de corrosión. 

Área de contacto entre los metales

El área de contacto entre los metales también es un factor determinante en la corrosión galvánica. A mayor área de contacto, mayor será la transferencia de electrones y, por lo tanto, mayor será la velocidad de corrosión.

Condiciones ambientales que favorecen la corrosión galvánica

Las condiciones ambientales, como la presencia de humedad, la temperatura, la salinidad y la presencia de agentes corrosivos, pueden favorecer la corrosión galvánica. Estos factores externos pueden acelerar el proceso de degradación de los metales.

Mecanismo y proceso de corrosión galvánica

La corrosión galvánica se produce a través de un proceso electroquímico que implica la formación de una celda galvánica cuando dos metales diferentes entran en contacto eléctrico. Este fenómeno puede ocurrir en presencia de un fluido conductor, como el agua salada.

Formación de una celda galvánica

La formación de una celda galvánica es el primer paso en el mecanismo de corrosión galvánica. Es el resultado de la diferencia en el potencial de reducción entre los metales. En esta celda, uno de los metales actúa como cátodo, mientras que el otro metal actúa como ánodo.

Flujo de corriente a través de los metales

Una vez formada la celda galvánica, se establece un flujo de corriente entre el ánodo y el cátodo a través del medio conductor. Esta corriente transporta los electrones desde el ánodo hacia el cátodo, lo que provoca la oxidación del ánodo y la reducción del cátodo.

Reacciones electroquímicas en la corrosión galvánica

Las reacciones electroquímicas desempeñan un papel fundamental en la corrosión galvánica. En el ánodo, el metal se oxida y libera electrones, mientras que en el cátodo, el metal se reduce y acepta los electrones. Estas reacciones producen iones metálicos en solución y generan los productos de corrosión.

Impacto sobre el material y la estructura

La corrosión galvánica puede tener un impacto significativo en la integridad del material y la estructura. El metal del ánodo se deteriora rápidamente debido a la oxidación, lo que puede provocar debilitamiento de las estructuras y fallas prematuras. Además, los productos de corrosión pueden tener efectos adversos en el rendimiento y la durabilidad de los componentes metálicos.

Prevención y protección contra la corrosión galvánica

La corrosión galvánica puede prevenirse y controlarse mediante diversas medidas que garantizan la protección de los metales involucrados. A continuación, se presentan algunas estrategias efectivas:

Selección de metales compatibles

Es fundamental elegir metales que sean compatibles entre sí para minimizar la posibilidad de corrosión galvánica. Al seleccionar los materiales, se deben considerar sus propiedades electroquímicas y evitar combinar metales con una gran diferencia en el potencial de reducción. De esta manera, se reduce la probabilidad de que se forme una celda galvánica y se inicie el proceso corrosivo. Además, también es importante el tratamiento anticorrosivo para metales que se utilice. 

Optimización de la superficie del ánodo y el cátodo

Es recomendable aumentar la superficie del ánodo en comparación con el cátodo para minimizar la corrosión galvánica. Esto se puede lograr mediante la selección de metales con una mayor área superficial para actuar como ánodo, permitiendo que sean los primeros en corroerse y protegiendo así al cátodo. Además, se puede aplicar un recubrimiento protector en el ánodo para evitar el contacto directo con el electrolito.

Protección de las juntas y contactos ante condiciones adversas

Es importante proteger las juntas y contactos contra las condiciones ambientales adversas que pueden favorecer la corrosión galvánica. Para ello, se pueden utilizar juntas y aislantes resistentes al agua, humedad o agentes corrosivos presentes en el ambiente. Además, se recomienda realizar inspecciones regulares para detectar posibles puntos de entrada de líquidos o corrosivos y tomar medidas preventivas.

Limpieza adecuada de los metales antes de unirlos

Antes de unir los metales, es fundamental llevar a cabo una limpieza adecuada de las superficies de contacto. Esto implica eliminar cualquier contaminante, óxido, grasa u otros residuos que puedan interferir en la unión y promover la corrosión galvánica. La limpieza se puede realizar mediante métodos mecánicos, químicos o mediante el uso de técnicas de preparación de superficies específicas.

Utilización de recubrimientos y aislamientos adecuados

La aplicación de revestimientos industriales y aislamientos adecuados es otra medida efectiva de prevención contra la corrosión galvánica. Estos recubrimientos pueden ser de naturaleza orgánica, como pinturas específicas, o inorgánica, como capas de zinc, aluminio o cromo. Además de proporcionar protección física, estos recubrimientos también actúan como barreras para evitar el contacto directo de los metales con el electrolito y reducir la probabilidad de corrosión.

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