PINTURA INTUMESCENTE
La pintura intumescente es una de las alternativas que tenemos
para conseguir una estabilidad al fuego en estructuras metálicas.
El principio de funcionamiento se basa en que la acción del calor provoca una reacción química de intumescencia progresiva que da lugar a una masa carbonosa con un coeficiente de transmisión térmica muy bajo, más de 1000 veces mayor al acero.
Se puede aplicar una capa de acabado que consiste en una capa de esmalte satinado ignífugo que trabaja muy bien en ambientes marinos, industriales o en el exterior con carta de colores RAL o NCS.

En la mayoría de ocasiones es de interiores aunque también se puede aplicar en exteriores con un esmalte específico de baja fusión.
La aplicación de la pintura se realiza mediante equipos de pulverización sin aire con motor de membrana o pistón (en función del tamaño de la obra) con presiones de servicio en torno a los 500 bares. Con este sistema conseguimos una aplicación lisa y muy estética pudiendo alcanzar (en varias capas) grosores de más de 3000 micras.
En pequeñas aplicaciones puede aplicarse manualmente a rodillo o brocha, quedando un acabado muy rugoso.







